jueves, 3 de diciembre de 2015

¿Por qué gestión pasiva y fondos de índices?

En el momento de invertir nuestros ahorros nos enfrentamos a ciertas decisiones cuyas consecuencias a veces no entendemos del todo a priori. ¿Es mejor invertir en acciones o en bonos? ¿Acciones de empresas individuales o fondos de inversión? ¿ETF?

En esta entrada voy a intentar explicar mis recomendaciones y la motivción detrás de éstas. Para evitar generar sospechas de que este blog es publicidad encubierta de un banco, voy a evitar mencionar entidades bancarias concretas y voy a intentar referenciar todos los datos que doy. El contexto de mis recomendaciones, por supuesto, es el de conseguir la jubilación anticipada.

Acciones o bonos


Sobre este primer punto hay bastante consenso en todas las fuentes que he explorado: es necesario invertir almenos una parte de nuestros ahorros en acciones para poder generar un interés suficientemente alto como para que se componga rápidamente y nos permita no solo jubilarnos pronto, sino también que nuestra cartera de inversión aguante muchos años de retiradas de efectivo sin agotarse. Históricamente las acciones americanas han rentado alrededor del 7% (¡tras ajustar la inflación!) anual. En contraste, los bonos americanos solamente han rentado un 2.5% anual.

En el siguiente gráfico os muestro los siguientes casos: Jose (en azul) y María (en rojo) ahorran 500 euros al mes. Ambos empiezan a ahorrar a los 25 años, y tienen 1000 euros de capital inicial. Durante los 25 años siguientes ambos ingresan 6000 euros (500 al mes) en sus fondos de inversión, Jose exclusivamente en acciones que rentan 7% y María exclusiamente en bonos al 2.5%.

Tras 25 años ahorrando exactamente la misma cantidad de dinero, Jose termina con 411000€, mientras María solamente tiene 212000€.

Según la estrategia de inversión Bogleheads -que yo personalmente sigo- el inversor debe elegir un cierto porcentaje de acciones. Según su perfil de riesgo, es decir la facilidad con la que tomaría una alta volatilidad o posibles pérdidas,   puede elegir más o menos acciones. El porcentaje de acciones recomendadas en una cartera agresiva va de entre el 75% al 100%, para una cartera más conservadora se suele usar (100-edad actual)% de acciones. Yo personalmente uso un 80%. Quiero hacer notar que la jubilación anticipada en pocos años es un objetivo bastante extremo y requiere también una aproximación algo agresiva a la estrategia de inversión.

Si entendeis el inglés y os interesa saber más sobre la estrategia Bogleheads de inversión os recomiendo que veais sus vídeos.

Acciones individuales o fondos de inversión

Invertir en bolsa es una operación arriesgada, y como animales con aversión al riesgo, no nos gusta. En 2007 podiamos comprar acciones de uno de los mayores bancos del mundo, Lehman Brothers, y en 2008 tendríamos exactamente 0€, ya que el bacno quebró. ¿Cómo podemos evitar este riesgo?

El riesgo en la bolsa es inevitable, hasta cierto punto. Lo mejor que podemos hacer es minimizarlos, y para ello la mejor opción es diversificar. Diversificando estamos comprando pequeñas partede muchas empresas, de manera que si una presenta unos malos resultados y pierde valor, todavía nos quedan las demás.

La mejor manera de diversificar es usando fondos de inversión que sigan un índice bursatil cuanto más amplio y diverso mejor. Algunos de los índices más conocidos son el S&P500, con las mayores 500 empresas americanas, el Eurostoxx50, con las 50 mayores europeas, o el IBEX35, con las mayores 35 españolas. Estos índices diversifican ligeramente, pero al final tienen varias limitaciones: el número de empesas suele ser bastante pequeño y están limitados a un ámbito territorial.

Para nuestros objetivos nos conviene encontrar índices más amplios para incrementar nuestra diversificación. Hay algunos benchmarks muy amplios que indexan miles de empresas, de ámbito internacional. Estos índices son por ejemplo el MSCI World o MSCI EMU. Algunos fondos de inversión replican este tipo de índices, es responsabilidad de cada inversor encontrar cuales son los que más le convienen.

La diversificación también es aplicable a los bonos. Hay índices de bonos que aglutinan deuda pública de multiples países, haciendo que la probabilidad de que nuestra inversión fracase (como sucedió con los tenedores de deuda griega en 2011) se minimice.

Respecto a los ETF, estos son instrumentos bastante similares -aunque con sus particularidades- a los fondos de inversión, en cuanto a que  son un instrumento de inversión colectiva. Sin embargo conviene que el inversor se informe sobre ellos, ya que suelen conllevar unos gastos distintos. También se negocian de manera distinta en el mercado, teniendo al igual que las acciones una liquidez inmediata y dos precios (bid/ask).

Gestión activa y gestión pasiva


Llegados a este punto ya tenemos las cosas muy claras y sabemos lo que queremos. Sin embargo hay centenares de ofertas de distintos fondos, y todos prometen rendimientos por encima del índice de referencia. ¿Es esto posible?

Por supuesto que no. Si todo el mundo obtuviera ingresos mayores que el índice de referencia, el índice de referencia sería más alto. La mayoría de fondos de inversión obtienen menos rentabilidad que el índice de referencia, y cuando llevan varios años de pérdidas muchos bancos los eliminan, manteniendo solo los que lo han estado haciendo bien. Pero en el futuro esos que han estado yendo bien pueden ir mal, y asi se repite la misma jugada.

La gestión activa consiste en intentar batir el mercado. Un gestor trabajará con nuestro dinero para que éste gane a los demás actores del mercado, sin embargo la mayor parte del tiempo fracasará. Esto no evitará que el gestor se cobre una comisión de gestión que podrá ser fácilmente de entre el 1% y el 3%, minando la rentabilidad de nuestra inversión. Recordad: a largo plazo, la media de todas las inversiones será precisamente el índice en si mismo.

Por contra, la gestión pasiva intenta simplemente replicar el índice de referencia. Cada vez que el índice cambia la ponderación de las empresas, nuestro fondo venderá o comprará para mantener el porcentaje adecuado de cada empresa. Esto es mucho más barato y por lo tanto este tipo de fondos suele tener comisiones mucho más bajas, del orden de entre el 0,1 y el 0,3%.

Puede parecer que la diferencia en comisiones no es tan importante. Al fin y al cabo, ¿qué es un 2%? Pero no hay que olvidar que estamos hablando de un 2% de todo el capital invertido, cada año. Para ilustrar la diferencia entre pagar más o menos comisiones he preparado otro ejemplo:

Juan y Laura tienen sus ahorros invertidos en bolsa, usando fondos de inversión. Sin embargo, Juan está usando gestión pasiva y paga una comisión de gestión del 0,2%, mientras que Laura usa gestión activa y paga una comision de gestión del 2%. Ambos tienen 25 años y ahorran 500 euros al mes.



A los 50 años de edad, Juan terminaría con 400000€, mientras Laura solamente tendría 304000€. Tengamos en cuenta que ambos han invertido lo mismo y han obtenido la misma rentabilidad! Excepto por las comisiones, claro...

Conclusión


Pensad en que porcentaje de bonos y acciones quereis tener en función de lo bien o mal que lleveis el riesgo, diversificad al máximo, y minimizad las comisiones.

Queda un factor más a tener en cuenta pero que dejo para otra un futuro post: los impuestos. Actuan de manera similar a las comisiones, minando lenta pero inexorablemente la rentabilidad. Ya hablaré de maneras (legales) de minimizarlos.

2 comentarios:

  1. Creo que la gestión pasiva y activa pueden convivir y una cartera debe tener ambas gestiones. ¿En tu opinión, gestión pasiva creándote tu propia cartera o a través de un roboadvisor ?

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    1. Hola Javier, no comparto tu opinión sobre la necesidad de gestión activa, pero desde luego la respeto y, es más, creo que es necesario que cada cual elija la estrategia que más le convenga. Con analisis, con datos y con cabeza dos personas con situaciones distintas podrían tomar decisiones distinta.

      Respecto a tu pregunta, en mi opinión no hay nada mejor que crear la propia cartera, pero desde luego nos llevará más tiempo, esfuerzos y análisis. La idea de los roboadvisors me parece buena y creo que puede acercar la gestión barata al gran público (los que no son tan frikis como yo, vamos :)). Por otra parte en algunos casos parece que podrían aumentar la eficiencia fiscal, por lo que podría ser un producto interesante; como siempre, depende del precio.

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